El otoño tiene mala fama: que si los días más cortos, que si la lluvia, que si la pereza… Pero, ¿sabes qué? En realidad es una de las mejores estaciones para moverte. El calor sofocante del verano ya quedó atrás, y todavía no llega el frío intenso del invierno. Es el momento perfecto para salir a dar un paseo en bici, correr un poco o simplemente caminar por un parque alfombrado de hojas.
Un truco que nunca falla: aprovecha la luz de la mañana o del mediodía, cuando el sol aún calienta un poquito. Además, el paisaje otoñal tiene algo especial: colores cálidos, aire fresco y esa sensación de calma que solo da esta estación.
Y si la lluvia te sorprende, tampoco es excusa. Un buen chubasquero y ya está. O incluso, si prefieres quedarte en casa, hay entrenamientos sencillos que puedes hacer en tu salón: saltos, abdominales, yoga… lo importante es no perder el ritmo.
El otoño no es para quedarse bajo la manta todo el día. ¡Es para mover el cuerpo, sentir energía y disfrutar de la naturaleza en transición!